Jose Luis Lobato

Jose Luis Lobato, flamante capataz que paseó a la Virgen del Refugio por primera vez, haciendo estación de penitencia a la S.I. Catedral. Con él comparto muchas cosas, hermandad, trabajaderas, sangre isleña, pero sobre todo amistad, porque si una cosa tiene Lobato, son amigos.

Jose Luis, ¿desde cuando tu pasión por La Semana Santa?
Bueno, antes de nada quiero agradecerte tu invitación a esta entrevista, deseándote lo mejor en esta andadura en la que espero estar a la altura que mereces.

¿Mi pasión por la Semana Santa?, pues no sabría decirte exactamente, pero con seguridad desde la infancia, desde los 5-7 años. Y por “culpa” de mis padres seguro, que prefirieron llevarme a ver cofradías que a la playa como hace mucha gente en Semana Santa.

Tus cofradías son…
Pues un poco de todas porque me apasionan, pero con número de hermano Amargura de Jerez, Amargura de Sevilla y por supuesto Paz de Fátima.

¿Que recuerdo tienes de niño?
Ufff, pues los primeros, como te dije antes, son de la infancia. Y estos recuerdos me llevan a nuestra querida Isla de León, donde viví mis primeras Semanas Mayores, a ver al “Silencio” por la Alameda, mi primera “Borriquita”, el nacimiento de una Hermandad nueva en el Parque que es donde vivían mis abuelos, los roscos de la “Victoria” y por supuesto, como mi abuelo me despertaba para ir a ver al “Nazareno” en la madrugá junto a mis padres.

En la Flagelación has sido…
Pues 6 u 8 años nazareno de fila pasando por varios tramos, después con 18 años las trabajaderas me llamaron y pasé 21 años seguidos debajo del Señor, y ahora después de que la Hermandad y Paco Yesa me lo pidieran formo parte, con el máximo orgullo, del equipo de capataces.

¿Como empezó todo en Fátima?
Pues con la máxima ilusión, sana locura, sueños imposibles, y los cientos de proyectos que corrían por las venas de un grupo de muchachos obsesionados con intentar cumplirlos.

Recuerdo aquellos primeros años, cuando aún no teníais nada, solo un montón de proyectos, de ideas, ¿como lo ves ahora en la lejanía del tiempo?
En verdad no lo veo tan lejos, realmente somos una Hermandad que está naciendo, es cierto que hay imágenes, enseres, pasos, etc. Pero quedan muchos sueños por cumplir.

Se habla mucho de La Paz, de sus proyectos, pero sobre todo de su capacidad, ¿Cómo se consigue todo esto?
Pues la verdad, fácil de decir y muy difícil conseguir, con esfuerzo y mucho trabajo, somos una Hermandad a la que nunca nos han regalado nada, así que el trabajo y el esfuerzo son nuestra única capacidad.

En cuanto al mundo de abajo, ¿Qué evolución has visto desde que empezaste?
Mucha, las cosas ahora son muy diferentes, hay mayor afición, antes se era más costalero de hermandad, el costalero es más técnico, conoce más el mundillo, tiene más conocimientos, en resumen es más consciente cuando se mete debajo de un paso.

¿Cuál crees que es el futuro en la costalería?
No sabría decirte, creo que con sus altibajos pero seguirá igual, rachas con mas costaleros y otras peores, al fin y al cabo formamos parte de una tradición y será difícil que desaparezca. ¿No crees?

¿Ves diferencia entre el hermano costalero y el costalero por afición o como dicen algunos “con oficio”?
Hombre sí, es lo que comentaba antes de la evolución, el que sacaba su Hermandad solo se preocupaba de salir en su cofradía, y la mayoría no se preocupaba de más, el de afición tiene gusto por aprender del mundillo, las “igualás”, la técnica, la forma de trabajo del capataz, incluso de las “herramientas de trabajo”, calzados, fajas, ropas, ...

¿Que mezcla se debe dar en una cuadrilla?
Técnica y fuerza deben ir de la mano, si a esos ingredientes les añadimos una buena dosis de amistad, como dijiste en tu presentación, creo que tenemos el cocktail perfecto.

¿Qué pides como costalero?
Compañerismo.


¿Y como capataz?
Compromiso.

Bueno, Jose Luis, esperemos que siga haciendo todo lo que te gusta, como cofrade, como costalero, como capataz y como todo lo que te propones.

Un abrazo, amigo.
Igualmente, “cañailla”.